Chantal Montellier es uno de los referentes del feminismo en el cómic europeo equiparable al de la figura de Claire Brétecher. Es una de las primeras mujeres autoras de cómic en Francia, se ha posicionado públicamente criticando la deriva sexista de una parte de la producción de revistas de BD, ha cocreado la asociación y el premio Artémisia. Por estas y otras razones es un pilar indiscutible del feminismo en cómic. Sin embargo, su obra parece haber caído en el olvido, si bien nunca llegó a ser popular.

Chantal Montellier inició su carrera en la prensa política de izquierdas, especialmente popular en los años 60 y 70. La entrada en la BD la realizó a través de la extinta Charlie Mensuel, aunque para ella ésta tuvo lugar cuando la contactaron para formar parte del equipo de autoras de la revista Ah!nana. Publicará también en Métal Hurlant y en À Suivre.

Es conocida por haberse inspirado en las noticias de sucesos (fait divers) para crear alguno de sus cómics y por haber hecho de la denuncia de cualquier forma de opresión sobre la persona el tema de sus cómics.

Sus tres personajes femeninos principales son Julie Bristol, una documentalista que viaja alrededor del mundo para documentar sus producciones sobre, por ejemplo, Camille Claudel o Artemisia Gentileschi.

Chris Winckler es la protagonista de dos de sus últimas obras: Les damnés de Nanterre y Tchernobyl mon amour. Ésta se dedica al periodismo de investigación y las obras en que aparece adoptan justamente la forma de la investigación periodística.

Odile, protagonista de Odile et les crocodiles (1984), es una actriz que sufre una violación múltiple en un parking. A partir de ese momento y frustrada por no recibir ayuda de una sociedad que se empecina en culparla a ella indirectamente de la violación sufrida, decide tomarse la justicia por su mano y salir cada noche a matar a depredadores sexuales, los cocodrilos.

Montellier no se ha limitado a denunciar la opresión del hombre sobre la mujer, aunque ella está presente en muchos de sus libros, sino que podríamos sintetizar el contenido de su obra como una denuncia de cualquier forma de opresión del hombre sobre el hombre. Autora engagé, en el sentido más literal del término, ha pagado el precio de su compromiso por convertirse en una autora con un discurso incómodo y también el de la despolitización de la sociedad.